No puedo

Odio los domingos por la tarde.
Esos domingos que me enseñaste a tenerles cariño porque aún forman parte del fin de semana, aunque sea el día previo al trabajo. Porque tienen la magia de ser días tranquilos y relajados que te permiten compartir con la pareja un cine, un café, un paseo cogidos de la mano, ver una peli tapaditos bajo las mantas en tu propio sofá... y tantas otras cosas...
Odio esperar en un punto acordado con alguien y ver que hay más gente esperando a la pareja. Ver como pasa el tiempo y que a medida que esos reencuentros se hacen efectivos, la sonrisa acude a su rostro y se saludan con un beso, con un brillo en los ojos, con la alegría en su mirada.
Odio ver a la gente feliz, ¿qué le voy a hacer? Hay días en los que yo también me permito ser feliz y al mirar el sol, ver el cielo azul, pasear por la calle sin ningún rumbo se me antoja lo más bonitos que me podría pasar. Y en cambio hay otros días en que tu recuerdo me asalta, no me deja respirar, me ahoga, me entristece. Y yo además soy masoca porque te imagino feliz cogido de la mano en una tarde de domingo, con la sonrisa en los labios al darte un beso.
A ti también te odio porque te hago responsable indirecto de lo mal que me siento ahora. De lo ahogada en que me encuentro y de lo mal que están las cosas hoy en día.
Y me siento idiota porque sé que eso a ti no te preocupa porque tu estás haciendo tu vida tan tranquilo y no piensas en eso.
Porque sigues trabajando en el mismo sitio, porque tu casa sigue siendo tu casa y tu intimidad sigue siendo tuya. Porque tu cuenta bancaria sigue creciendo y porque tienes un ombligo en el que perderte. Sí, se que soy masoca. Lo sé. ¿Que me estoy haciendo la víctima?
Hoy me dijo Silvia que tu no eras tan malo ni yo tan buena. Lo sé. Pero sigue dándome coraje, sigue dándome rabia porque no supiste actuar de otro modo.
Porque me muero de los celos, porque me encantaría que llamaras para decirme que te equivocaste y que yo soy esa persona. Me muero de ganas de llamarte y oir tu voz. Mierda. ¡Quiero arrancarte de mis adentros!
Quiero dejar de pensar que toda nuestra relación fue maravillosa y que tu eres el chico ideal. Porque tu esto si lo pensaste. Y lo pensarás hoy en día igual aunque no lo piensas. No sé si me explico.
Se acerca tu cumpleaños, el mío, las navidades, fin de año, reyes...dios, se acerca el dolor, la pena, la tristeza...joder. ¿Cómo lo has hecho tu? ¿Cómo?