lunes, 22 de febrero de 2010

No sé porqué siempre te echo la culpa de todo

Pues sí, no sé porqué razón pero te echo la culpa de todo lo que me pasa cuando las cosas no salen bien. Al principio quizá sí tenía sentido que te la echara porque me quedé en bragas. Hablemos con propiedad. Sí tuviste la culpa de que perdiera el curro y que mis perspectivas de futuro se deshicieran en mis manos. Y de resulta de tus acciones yo hice algunas que no debería haber hecho.

Hoy debería darte las gracias quizá (quizá también a la bruja que está contigo) porque si no huviese sido por esos pasos que tú diste, no huviera hecho cosas como viajar a Dinamarca en busca de curro, apañarme sola en un viaje a Paraguay, cometer locuras y dejarme llevar. No huviese comprobado que aquello platónico al convertirse en realidad no me convenció. No huviese ido a Roma ni huviese conocido a Luca. No estaría viviendo en definitiva.

Pero de todos modos, cuando las cosas no salen bien, cuando pienso que no tengo dinero en mi cuenta y que vivo el día a día privándome de cosas que antes no, que no tengo curro ni casa y que la persona con la que estoy no me ofrecerá nunca un futuro juntos no puedo evitar sentir una punzada de celos y envidia porque aparentemente tú no te encuentras en esta situación. Tienes el mismo curro de siempre siendo fijo, cobrando bastante bien, con casa, prometido con una persona que parece es para ti porque sino, no entiendo cómo las cosas han ido tan rápido con ella. Ayer hablando un poco de más con Luca porque las cervezas a mi me hacen hablar jeje, le comenté que estabas prometido y que algo pasó entre tu y ella estando conmigo debido a la fecha del aniversario que tienes colgado en internet. Así que su respuesta fue que parecía como si aún estuviera enfadada. Le contesté que no, que solamente envidio el pensar que eres más feliz que yo. Y me dió una respuesta inteligente : ¿y tú qué sabes?

Pues tiene razón. No lo sé. Qui lo sa?

De todos modos debería dejar de echarte la culpa de todo porque las decisiones que tomo ahora son mías, solo que creo se deben a una cadena que empezaste tú.

Supongo que el día en que me guste un poco más mi vida te diré "gracias" como el día que me dijiste por teléfono que un día le daríamos las gracias a Vero por aparecer en nuestras vidas.
¿Yo sabes que os digo? ¡Que os den!

miércoles, 10 de febrero de 2010

Yo creo en el amor

O quizá es que el señor Disney de los huevos ayudado por la sociedad que nos ha criado nos ha hecho creer que el amor existe. Que existe un príncipe que, aunque no sea de color azul, se viste de vez en cuando de celeste y nos hace sentir como princesitas queridas queridísimas.
Hablando en serio, creo que nos han criado pensando que existía una persona esperando por ti. Y no digo que no pueda haberla. Pero supongo que existen varias opciones de príncipes esperando de diferentes tonalidades de azul. La cuestión es saber escoger, estar atenta y cambiar de azul si es que ese no combina con nuestra ropa.
Y a pesar que creo también en el amor libre también pienso que se puede estar toda la vida con la misma persona sin sentir que te hace falta algo (vamos, que creo que es posible mojar el churro en el mismo chocolate por toda la vida sin que sientas que no estás realizado).
Sí, a mi también me dá pánico pensar que voy a estar siempre con la misma persona. O al menos esa sensación la tenía más con Jose, puede que porque no estubiera del todo enamorada o porque no había tenido más historias, solo unos cuantos besos robados.
Últimamente pienso en el chico que me besó por segunda vez (el primero no cuenta jeje) del cual me enamoré como una tonta. La verdad que me impactó más de lo que yo creía. También es cierto que era muy inocente a pesar de tener la edad que tenía. Supongo que pasó lo que tenía que pasar. Y me refiero en general a todas las personas que han pasado o pasarán por mi vida.
Un día escribí que si Luca me decía que me quería ya sería feliz. Pues creo que me equivoqué porque el concepto que tengo yo de querer es diferente al suyo. Me quiere por una temporada y quizá toda la vida en su recuerdo, pero no para siempre. Siempre es una palabra que asusta la verdad y mucho más a este italiano que tan bien describe Buenafuente. Es que en verdad los crían como si fueran toritos detrás de la puerta esperando "cornear" como si les fuera la vida en ello. Yo tampoco sé si lo iba a querer toda la vida si tubiéramos alguna historia un poco seria. Y puede que pudiera quererlo para siempre pero no podría soportar la historia que tiene grabada en su cabeza.
A mi me la lavaron con Disney y a él con ... jeje.
Pero independientemente del señor dibujitos yo sé que quiero alguien que me ame y me respete. Que se le puedan ir los ojos o decir en voz alta "jodeeeeeer" porque sería ir contranatura (para él ir contranatura es no poder tirarse todo lo que le gusta ya que se supone que los hombres son animales que han nacido para continuar la especie...son palabras textuales de un machito de casi 25 años). Pero yo quiero alguien que se le caiga la baba al verme entrar por la puerta, que pueda ignorar a las zorras que abundan en la faz de la tierra, que me llame y quiera oir mi voz, y mis caricias, que tenga le necesidad de verme y de sentirme, que me mime y me deje llorar en su hombro y me busque cuando se sienta solo o triste, que quiera dar una vuelta y sentarse a tomar algo en una terraza y disfrutar de una conversación divertida.
No creo que pida tanto porque una vez yo disfruté de eso. Ahora me quedaría con un poquito de aquello y otro poco de lo de hoy.
Será que aún no he combinado bien los colores.

martes, 9 de febrero de 2010

Fíjate tú, la entrada nº 100

Pues mira tú por donde esta es mi entrada nº 100. ¿Tendrá algo de especial? Pues no jeje. Todo sigue en la misma dinámica sólo que es muy fácil exponer mis ideas, pensamientos y sentimientos así y me desahogo.
Cada día tengo más clara la decisión y es que no voy a ningún lado con mi italiano. Él no tiene claro lo que quiere de mi, esta noche pasada me lo ha dicho entre pregunta y pregunta de esas que tanto me gusta hacer jeje. ¿Y yo? Sí, yo tengo claro que quiero estar con él, que me gusta su compañía y sus besos, caricias ... Él también. Está a gusto en todos los sentidos. Pero no quiere estar sólo conmigo. Al menos es un perro del hortelano que deja comer, aunque no quiera saber luego si he estado con alguien o no. Yo sí quiero saberlo para así coger la puerta y largarme. Claro, y él me ha dicho que no me lo diría si sabe que me iré. Al final me ha prometido que me lo dirá. También me ha dicho que él no me pide nada. Creo que no es del todo cierto eso. Es verdad que ha sido sincero desde un primer momento diciéndome lo que podía ofrecerme. También me dice que no puede darme todo el cariño que yo quiero. Pero no quisiera que me fuera de su lado.
Bueno yo qué sé. Ya me tiene un poco cansada. Y ahora lo llamaría porque yo me pasaría todos los días con él. Pero no lo haré por varias razones: por orgullo, porque sé que si me coge el teléfono es posible que oiga que está de fiesta y ya me rallaría por lo que pudiera pasar, porque cuando hable con él estará prácticamente sin decirme nada, porque no quiero ser una pesada y un largo etc.
Pero me muero por llamarlo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Demonio sal de mi

¡Sal! (y azúcar jeje) En serio, sal de mi cuerpo, sal de mi mente, de mis pensamientos tortuosos... fuera, no te quiero más conmigo obsesión, belleza terrenal, escultura con corazón palpitante y caricias engañosas.
Escápate de mis manos como si fueras arena que se escurre entre mis dedos.
¡No te quiero ver más!...a quién pretendo engañar...quiero verte y mucho más ahora en que te he hecho una señal y no me la respondes, ni coges el teléfono. Ya es tarde para que mi mente piense en cosas que no debería pensar. Ya es tarde para sentir mi corazón en un puño y sentirme intranquila. ¿Por qué? Porque torturarme con algo que no vale la pena, que no me valora. ¡Maldito amor que todo lo envenenas! ¡Maldito amor que no me dejas en paz y me haces sentir en una puta montaña rusa!
¿Por qué me envenenas amor? ¿No era yo más feliz sin ti ...? No, cierto es que sin ti todo era más gris y estaba todo más tranquilo y era más monótono. Pero era yo y no una simple marioneta que baila a tu antojo. No era una estúpida sombra tuya que se traga su orgullo cuando nunca lo ha hecho.
¿Por qué no puedes deshacerte como yo por ti en la misma medida?