miércoles, 17 de junio de 2009

Roma o caliente y salada...

Si, me he ¿enamorado? De la ciudad, de la pasta, de la pizza, de la belleza y las ruinas romanas. Me he encandilado de los italianos, de las italianas, del idioma y del calor de la ciudad. De la cerveza Peroni y de la sonrisa morena de unos dientes blancos en moto.
Me han cautivado con ese hablar, ese roce de manos, esa rosa roja regalada "porque pasa hambre", esos besos y abrazos y esa pasión desmedida en medio de la plaza, delante del río Tebere...
Esos rizos, los dientes de conejito, la boca de piñón con labios marcados, la nariz pelín grande y unos ojos expresivos de poeta bohemio buscador de su propia existencia. Creador de su propio destino que maneja a su antojo.
La musa mirando absorta al pintor expresivo sentada en un bar típico del Trastebere, riendo y brindando por La divina comedia, grande, Fortuna...
Por las camisas y la mano a la cintura, por las miradas cargadas de deseo y otras de ternura. Por el cariño y el amor brindado aunque un poco escondido en ciertos momentos, en que no era yo más que una aventura vivida al máximo, una amiga especial. Pero en el fondo amiga al fin y al cabo.
Yo, alguien que no entiende de vaivenes, de cambios de pensamiento o sentimientos de formas tan bruscas. Alguien aún inocente en muchas cosas aunque en otras mucho más madura. Cuatro años dan para mucho... en otras cosas yo era la niña indefensa, la niña ignorante a la que aún le queda mucho por aprender, por descubrir...por descubrirse en todos los sentidos.
Sí, me he enamorado de algo llamado carpe diem en su estado físico que no acabo de entender.
A la vez el orgullo me gana, me vence pero no me importa. Si quiero hacer algo lo haré. Pero no si eso significa sentir que me dominan. No me gusta sentirme la "vencida". No, después de algunos gestos o palabras.
De todas formas he vivido y estoy viviendo. Sólo que quiero saber y ser "ella", por la que se prende, por la que no vive, por la que no deja de soñar despierto...o durmiendo. No un simple amor de unos días insignificante. Se que no soy una más, al menos quiero creerlo.
No estamos en el mismo nivel de inquietud. O quizá sí, más de lo que yo creo.
Va, bafanculo. A vivire

1 comentario:

DaeConE dijo...

Bonita crónica romana! :)